Lunes, 1 junio por la mañana.
EMERGENCIA: ESPACIOS DE RELACIÓN
Como usuaria del espacio de un colegio me planteo que quizás tengamos algo que
decir en cuanto a su gestión. Muchas cosas nos están vedadas, incluso a los
profesores, porque venimos aceptando que sea así en espera de tiempos mejores.
Pero podemos intervenir empezando por pequeñas cosas. Quizás no sea cuestión
de plantearse un gran proyecto que aniquile y trate de imponer cambios, quizás no se
materialice en algo concreto y mucho
menos permanente, quizás sea, sólo y nada menos, abrir el flujo de un grifo que
aún no se ha instalado. Podemos comenzar por plantearnos que esa
posibilidad existe, este simple planteamiento es ya un comienzo. ¿Quién tiene voz? ¿Qué dicen esas voces? ¿Cómo se
encauzan? ¿Qué nos planteamos? ¿Qué iniciativas surgen? ¿Cuáles son las barreras qué
nos encontramos?.......
Lo importante quizás no sea qué se haga sino el porqué, el
planteamiento de intervenir en los espacios y dinámicas en las que estamos
inmersos, el no limitarnos a aceptar el entorno en el que nos movemos como nos
viene impuesto.
Mis limitaciones
Estoy enfocada al producto. Me planteo el proyecto como un
resultado que tiene que producirse y en el que todas las variables se intentan
controlar. Debería centrarme en el proceso, dejar que los acontecimientos
ocurran, tomen su propio curso, evolucionen y lleven a resultados no de antemano
previsibles. Se trataría entonces de buscar cauces en vez peestablecer rutas y estar abierta a
aceptar las incidencias como parte del proceso, a reorientar, a modificar...Mi
opinión cuenta, pero no es determinante. Es más interesante provocar un diálogo
que establecer una opinión y en función de ella encauzar toda la gestión, acoger todas las propuestas sin forzar a que lleven a una meta establecida.
Durante el curso, en el colegio donde trabajo, hemos estado organizando actividades en las que han
participado la totalidad de l@s alumn@s y he pensado que estaba
inmersa en un proyecto que, bien envuelto, podría parar por artístico. Contaba
con que además de materializarse en un un producto plástico, por el modo de
hacer, con la participación de todos, se ajustaba a nuevos modelos artísticos de trabajo colaborativo.
Como tengo que replantearme el proyecto comienzo delimitando el significado de
los términos colaborativo, participativo, autogestionado…….
¡¡¡¡¡Sorpresa!!!!! La palabra
colaborativo no está en el Diccionario (copiado tal cual RAE)
Colaborar(Del lat. collaborāre).
1. intr. Trabajar con otra u otras personas
en la realización de una obra.
Participativo, va.
1.
adj.
Perteneciente o relativo a la participación (‖ acción de participar).
He entendido, aunque me ha costado, que por el hecho de que
un trabajo se realice con la participación de muchas personas no quiere decir
que sea colaborativo. ¿Se tomó en cuenta su
opinión al diseñarlo? ¿lo hicieron voluntariamente? ¿surgió de ellos la
iniciativa? ¿qué reflexiones suscita? No quiere decir que no tenga un valor
educativo y que si se va a hacer mejor contar con tod@s l@s que voluntariamente quieran participar para que sientan que
forman parte de una comunidad, pero eso no es todo.
¿Cuáles son mis
barreras?
Mi educación: estoy acostumbrada a seguir un camino
previamente trazado con unos objetivos
establecidos que hay que cumplir en unos plazos marcados.
La visión del artista
como ser aislado, creativo, ingenioso y capaz de crear productos originales
fruto de una inspiración genial. La consecuencia es desechar ideas porque me
parece que estoy plagiando y mimetizando en lo superficial lo que otros ya han
hecho (incluyendo mis compañer@s). Tendría que pensar que el camino que otros han iniciado y yo
apruebo debe servirme como inspiración y
reflexionar sobre lo que las nuevas formas compartidas de hacer pueden
enseñarme. Y quizás con el tiempo pueda aportar algo y sentir que formo parte
de una corriente en la que he decidido estar.
Sospecho que si detecto cuáles son las actitudes que me
están limitando podré dar los primeros pasos para formar parte de dinámicas que
me lleven hacia un terreno que desconozco pero que adivino me harían crecer y
abrir vías para la comunicación. Quizás mi no saber qué decir se instala en la
base del no saber escuchar.
No pretendo embarcarme en planificar un gran proyecto porque
creo que no estoy preparada para ello, pero puedo intentar hacer alguna
aproximación.
En primer lugar creo que debo empezar por destaparme las
orejas y oír.
Mismo día, al atardecer.
Me planteaba hoy cómo podría hacer reflexionar a los de 6º
sobre su propia formación, sobre su capacidad de autogestión en determinadas
tareas, sobre una forma de hacer menos impositiva y la verdad es que no
encontraba por donde hincarle el diente, pensé que la mejor manera era hacer
preguntas sencillas que generaran un debate. Llevaba en la mochila una gran
predisposición de escucha que ha facilitado que la conversación fluya con la
mayor naturalidad (incluyendo llamadas de atención por patoseo). Y no he tenido
que preguntar casi nada, ha sido suficiente con crear un espacio de diálogo. Como es
natural una alumna ha mostrado su extrañeza por llevar 20 minutos hablando sin
hacer nada, pero les ha surgido una propuesta interesante en la que se han
involucrado de manera natural adoptando roles compatibles. Teníamos los medios
para realizarla y nos hemos puesto manos a la obra.
 |
Alumn@s de 6º CEIP Divino Maestro. E. Artística. |
 |
Mensaje para la destinataria de las tapas. |
|
Las tapas las estamos recolectando para la iniciativa "UNA SONRISA PARA AINOHA".
¿Es ésto un ejercicio
de clase? Si, puede serlo. Pero sobre todo para mí es el primer paso de un
proyecto en el que a partir de la escucha y tripulando un barco de preguntas
pretendo que reflexionemos sobre qué relaciones establecemos con nuestr@s
compañer@s y con el espacio, qué limita nuestra capacidad de decisión y qué
podemos hacer en relación con ello.